EL CASTELLANO EN AMÉRICA

EL CASTELLANO EN AMÉRICA

Hispanoamérica, mayoritariamente, es el producto del mestizaje de los pobladores de tres continentes (Europa, África y América). Este último cuenta con una gran diversidad de etnias autóctonas. Es difícil unificar lingüísticamente todo este territorio, el que, además, se encuentra fragmentado social, política y culturalmente. Los fenómenos dialectales, generalmente, son diferentes en cada región geográfica.

En conjunto, los rasgos más comunes del castellano hablado en América son:
a)             El “yeísmo” o pronunciación de la “ll” como “y” consonántica. Ejemplos: Caballo /cabayo/, castellano /casteyano/, allá /ayá/.

b)             El “seseo”, que consiste en pronunciar como “s” las letras “c” y “z”. Si tienes la oportunidad de hablar con alguien nacido y criado en España, encontrarás que ellos hacen esa diferencia, nosotros en Hispanoamérica no.

c)             El “voceo”, consiste en el uso actual del antiguo pronombre plural “vos” en lugar de “tu”. Ejemplos vos sabés o sabéis, comés o coméis, querés o queréis, y en la forma imperativa: mirá, salí, vení, tomá, comé vos.

d)             La sustitución generalizada de “vosotros” por “ustedes”, acompañado del verbo en tercera persona del plural, casi nadie dice “vosotros sabéis”, sino “ustedes saben”, “vosotros comprendéis” sino “ustedes comprenden”. Este rasgo es correcto porque forma parte de nuestra variedad del español.

e)             La perdida de la “s” y de la “d” en posición final, que no se acepta en la forma culta “estándar”. Ejemplos ciudá (ciudad), bondá (bondad), etc. Este fenómeno se observa en algunas regiones de España.


Las diferencias son marcadas entre el castellano hablado en España y el hablado en América son, especialmente fonética y lexicales, esto es, palabras y expresiones con significado y pronunciación diferentes. Las diferencias lingüísticas siempre existen. Las tenemos nosotros en relación con España y ésta con los demás países de habla castellana. Cada región de un mismo país, también, tiene sus propias peculiaridades.
La función de una lengua es la comunicación, por lo que se habla de registros o niveles del lenguaje, y son: culto formal e informal e inculto formal e informal. Una persona al hablar manifiesta con su lenguaje su nivel cultural. Por lo que se dice que el prestigio social de un hablante es culto si utiliza el castellano “culto estándar”, e incluso si emplea expresiones como “fuera sabido”, “nadien” y muchas otras comunes en los campesinos y personas que no han estudiado. El lenguaje informal es el que utilizamos en nuestras conversaciones diarias.

En definición de términos del lenguaje, la lengua, dialectos e idiolecto, me referiré finalmente a los términos “jerga” y “argot”; el primero se define como una lengua o código especial, previamente establecido, y, usado por un grupo social determinado; sus miembros cuando se encuentran fuera del grupo hablan la lengua general. El argot es una jerga que se aplica únicamente al lenguaje profesional.

JERGA VENEZOLANO
ARGOT
·   Bájate de la mula porque vas encanao.
Quiere decir: paga tus deudas porque vas a prisión.

·     Espérate a que rebobine
 Quiere decir:  Espérate a que  recuerde.

·        No te comas la luz conmigo
Quiere decir: no incumplas nuestro acuerdo o pacto.
·        Hay una intervención de la CIA y una colecistolitiasis, pero uno tiene la creatinina alta.

¿VERDAD QUE LOS CARAQUEÑOS PARECE QUE HABLAN SUEÑOS?
AUTOR: NAZOA, Aquiles. Humor y amor

¡Qué formas tan pintorescas
son nuestras formas de hablar!
para decirnos dos cosas
que en cualquier otro lugar
se dicen directamente
con dos palabras no más,
aquí estamos media hora
tratando de concretar,
y el pavoro enredijo
que nos formamos es tal,
que el que nos está escuchando
no entiende ni la mitad,
ni nosotros entendemos
lo que él nos quiere explicar.
Y si quieren una muestra
de nuestros modos de hablar,
acomoden las orejas,
que allí va:
-Yo, chico, hablé con el hombre
y él me dijo que si tal
que si qué se yo qué cosa,
que si yo no sé que más,
que si esto, que si lo otro,
que si lo de más allá,
que si patatín,
que si patatán…
¡Bueno, puej, me volvió loco
con ese tronco e macán!
Pero yo le eché coraje
y le dije: -para guan,
si usted me viene con curvas
que si tal que si cual
y que si yo no sé qué
y que yo no sé que más,
conmigo estás bueno, puej,
¡porque conmigo qué va!
Si él me dice en un principio:
“Mira, Pedro, ven acá,
yo vengo a tal y tal cosa,
pero tal y tal y tal”,
pues entonces, qué carrizo,
¿pero así?¡No oh, qué va!
Y así como habla este tipo
que acabamos de escuchar,
así hablamos casi todos
en la Caracas actual:
¡un montón de frases mochas,
alguno que otro refrán,
cien mil mentadas de madre
y el resto, ni hablar, ni hablar!