LENGUA ESPAÑOLA VS CASTELLANO

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
APRENDE ESPAÑOL DE VENEZUELA

PROFESORA: YOLY GARCÍA

LENGUA ESPAÑOLA VS CASTELLANO

La Lengua española en el mundo
La extensión del español

            Nosotros antes de desplegar el plano de la Lengua española, vamos a mirar qué lugar ocupa en el mapa lingüístico de la humanidad. ¿Qué grupo humano es el que utiliza la lengua española? El nombre nos da una primera idea. Lengua española será la lengua de España. Pero, aunque esto es verdad, no es toda la verdad. No es solo la lengua de España: también lo es de Argentina, del Uruguay, del Paraguay, de Chile, del Perú, de Bolivia, del Ecuador, de Colombia, de Venezuela, de Méjico, de Guatemala, de Honduras, del Salvador, de Nicaragua, de Costa Rica, de Panamá, de Cuba y de la República Dominicana. Además, se habla en Puerto Rico (estado libre asociado a los Estados Unidos), en Nuevo México y otras regiones del Suroeste de Estados Unidos, y en ciertos números de comunidades hebreas (sefardíes) de las costas del Mediterráneo. Ya en escasa medida, en Filipinas.

En el año 1996, fueron en total unos 300 millones de personas las que hablan esta lengua; de ellas, solo 40 millones (un 13.3 por 100) habitan en España.

¿Por qué es precisamente este país el que ha dado nombre a la lengua? Por una razón sencilla: porque es el primero donde se empezó a hablar, y de él irradió a todos los demás.

Español y Castellano

            No es el de lengua española (o español) el único nombre que recibe este idioma. También se llama lengua castellana (o castellano), por haber nacido en el antiguo reino de Castilla y haber sido solo lengua de este antes de que existiera la nación española. El nombre de español conviene más adecuadamente a la lengua común de los españoles y de los hispanoamericanos que el de castellano, el cual designa con propiedad la variedad regional del español hablada en Castilla. En cualquier caso, ninguna de las dos denominaciones es repudiable.

Importancia de la lengua española

Por el número de sus hablantes, el español es la quinta de las grandes lenguas del mundo; sólo la aventajan el chino, el inglés, el indostaní y el ruso.

El español en los países hispánicos

En los países de América empezó a hablarse el español a finales del siglo XV, y la lengua que en ellos se habla hoy presenta abundantes rasgos que fueron normales en la lengua de España de aquellos años. Hay que considerar, además que esta lengua penetró en aquellos territorios a través del habla a menudo poco letrados que llevaban consigo sus peculiaridades de la del español meridional.

Contacto con lenguas indígenas

 Otra fuente de diferencias entre el español de unos y otros países es el contacto con las distintas lenguas indígenas que ha dejado en aquellas huellas más o menos profundas.

El Castellano, lengua de los españoles

Este desarrollo interno del castellano era simultáneo del desarrollo externo. Al terminar el siglo XV pertenecían a la corona de Castilla no solo el antiguo reino de León (que incluía también Asturias y Galicia), sino Extremadura, todo el reino de León (que incluía también Asturias y Galicia), sino Extremadura, todo el reino de Toledo- que después se llamaría Castilla la Nueva-, el reino de Murcia, toda Andalucía y las islas Canarias. Por estos años acababan de descubrirse las tierras del Nuevo Mundo. Antonio Nebrija había escrito ya la primera gramática del castellano (1492), el cual, con esto, se convertía en la primera lengua romance estudiada científicamente.

Se dará a conocer en breve en forma sencilla y breve, el origen del Castellano y las influencias de otras lenguas en él, también las características más resaltantes del Castellano en Venezuela.

Es importante conocer estos aspectos, ya que se empleamos idioma como medio natural para comunicarnos, y al mismo tiempo, conocemos de dónde proceden las palabras que usamos y por qué forman parte de nuestro vocabulario (Léxico).

1.     Pueblos prerromanos en la Península Ibérica
Para el siglo III A.C. la Península Ibérica (España-Portugal) fue invadida por los romanos, pero antes de esa época existieron dos núcleos de pobladores: elcantabropirenaico, al norte, de donde descienden tal vez los vascos; y el mediterráneo, hacia el sur de donde provienen los iberos. A estos últimos se les debe el nombre de la península.

Antes de la invasión romana, otros pueblos como los fenicios, los cartagineses, los griegos y los celtas también se establecieron en la península.

2.     Romanización de la Península Ibérica
Cuando los romanos invaden la península, penetrando por Ampurias (Cataluña), en el año 218 A.C., imponen su poderío militar, económico y cultural y con ello su lengua, nombrado lengua oficial de la península que los nativos fueron asimilando espontáneamente, porque era la lengua de los soldados, comerciantes, colonos, funcionarios, etc.

2.1. El latín en España
Al ser nombrado el latín lengua oficial, el ibérico fue desplazado. Sin embargo, la desaparición de las lenguas ibéricas no fue violenta. “Hubo un periodo bilingüe más o menos largo en el que éstas fueron reduciéndose cada vez más al trato familiar, hasta que finalmente cayeron en desuso y fueron olvidadas, con excepción del vasco”. (1)

2.1.1.     El latín vulgar y el latín culto

Toda lengua tiene dos tendencias: la culta o literaria y la vulgar o popular.  El latín vulgar fue el que penetró y se estableció en la península, porque era la lengua hablada por los invasores. El latín culto permaneció sin evolucionar por su alto grado de perfeccionamiento y porque era empleado por el clero (iglesia) y la nobleza, quienes no participaban directamente en las invasiones y tampoco convivían con las personas que usaban la lengua popular.

La dificultad de las comunicaciones con Roma, la cultura arraigada de los pueblos hispánicos y la diversidad de los nativos hicieron que la lengua latina (vulgar) se fuese transformando hasta que se convirtió en Castellano.

3.     Formación de las Lenguas Romances

Este fenómeno lingüístico que ocurría en la Península Ibérica, también sucedía en el resto de los pueblos invadidos por los romanos y dio origen a las LENGUAS ROMANCES. Las lenguas romances también reciben el nombre de LENGUAS NEOLATINAS.

      Las Lenguas Romances son:

CASTELLANO
FRANCÉS
GALLEGO-PORTUGUÉS
LENGUAS ROMANCES
ITALIANO
CATALÁN
RUMANO
PROVENZAL
SARDO

4.     Vocablos castellanos de origen lo latino

4.1. Griego.

Debido a las investigaciones romanas a Grecia, el latín se enriqueció con cantidad de grecismos, de ahí que en el Castellano existan palabras de origen griego como: baño, bodega, Filosofía, poesía, música, escena, atleta, fantasía, coro, idea, liceo; y muchos vocablos empleados en la predicación del cristianismo, tales como: evangelio, ángel, apóstol, diablo, palabra, pagano.

4.2. Árabe.

Con la invasión y asentamiento árabe en España (711-1492), el Castellano se nutrió de más de cuatro mil palabras. El elemento árabe es, después del latino, el más importante del vocabulario español; muestra de ello son las siguientes palabras: alférez, atalaya, tambor, alcachofa, azúcar, algodón, zanahoria, berenjena, azucena, azahar, alhelí, alfiler, quintal, tarea, marfil, azufre, almacén, aduana, maravedí, barrio, almíbar, aldea, albañil, almohada, alcoba, ajedrez, alfombra, alcalde, alcabala, alcohol, fulano (uno cualquiera), mengano (el que sea). Y expresiones como: “que Dios guarde”, “Que Dios mantenga”, “Si Dios quiere”, etc.

4.3.Germánico.

En el año 409 varios pueblos germánicos invaden el territorio peninsular. De estos pueblos, son los visigodos los que logran imponerse y casi todas las penínsulas queda bajo su dominio. Durante tres siglos (V al VIII) estos pueblos adoptan el latín y renuncian a su lengua. No obstante, mantuvieron el empleo de numerosas palabras germánicas, de las cuales muchas se conservan en el español de hoy.

Debido a estas relaciones sostenidas entre los pueblos romanos y germánicos (siglos I al V D.C.), tuvo lugar un nutrido intercambio de palabras, entre ellas: jabón, guerra, orgullo, sala, dardo, arpa, bando, blanco.

4.4. Francés.
Algunas palabras provenientes del francés:  ligero, linaje, ruiseñor, salvaje, doncella, galante, rango, chaqueta, hotel, pantalón, sofá, finanzas, parlamento, coqueta, tisú, merengue, debate, bolsa (de comercio), avalancha, garantía, endosar, etc.

4.5. Italiano.

Centinela, fragata, piloto, diseño, balcón, modelo, madrigal, festejar, fachada, novela, ferroviario y analfabetismo, son algunas palabras de origen italiano.

4.6. Americano.

Con el descubrimiento de América (1492), España impone el Castellano después de México hasta el extremo de América del Sur, exceptuando a Brasil y a algunas islas del Caribe. De las lenguas indígenas precolombinas, el Castellano ha tomado una parte importante de su vocabulario.

4.6.1.     Del Arahuacano (Antillas):

Canoa, bohío, caníbal, cacique, guacamayo, guayaba, caimán, huracán, maní, yuca, maíz, sábana, tiburón, etc.

4.6.2.     Del Quechua (Perú, Ecuador, Norte de Chile y Argentina):
Cóndor, pampa, llama, puma, papa, mate, viaña, alpaca.

4.6.3.     Del Náhuat (México)

Cacao, aguacate, tomate, jícara, hule, chocolate, petaca, petate, coyote, chile.

4.6.4.     Del Guaraní (Paraguay)

Ananá, tapioca, ñandú, mandioca, yacaré.

EL CASTELLANO EN VENEZUELA

El castellano en Venezuela, tiene un carácter particular, aunque responde al idioma nacional hablado en España y en todos los países hispanoamericanos, posee sus características propias y vocablos, giros y expresiones que representan el carácter humorístico, alegre y burlón propio del venezolano; además de las particularidades propias de cada región del país, ya que emplea expresiones, referentes, giros, palabras y hasta una pronunciación y entonación diferente.

DIFERENCIA ENTRE EL ESPAÑOL HABLADO EN ESPAÑA Y EL ESPAÑOL HABLADO EN VENEZUELA

      Hemos constatado algunas divergencias entre el español hablado en España y el español hablado en Venezuela. Esto viene a corroborar la existencia de variedades lingüísticas (dialectos) según las distintas regiones en que es hablada. Es muy natural que el castellano no sea hablado uniformemente, ya que es la lengua de una vasta extensión territorial, que abarca España y una gran porción del continente americano, que va desde México y las Antillas hasta la Tierra de Fuego y la Antártida. Estas diferencias que se pueden apreciar entre el habla de España y el habla de Venezuela, existen igualmente entre España e Hispanoamérica y entre las diversas regiones de este continente.

      Y aún más, igual diversidad se encuentra dentro de la misma España. Cada región española, cada comarca, posee usos lingüísticos propios, matices diferentes y tonos distintos. No es lo mismo el habla de un madrileño, que la de un andaluz, la de un asturiano, la de un leonés o la de un hablante de las Islas Canarias.

      En Venezuela se observa el mismo fenómeno. Un breve recorrido por Zulia, por Isla Margarita, por los estados andinos: Mérida, Trujillo o por la región de Lara y Yaracuy, será suficiente para que nos demos cuenta de las diferencias de entonación y de pronunciación, como también de notables divergencias en cuanto al léxico. El aguacate, por ejemplo, de las regiones del centro, de oriente y de occidente es llamado cura en los Andes. El helado (ice cream) de paleta es: helado, polo, teta, según las diversas zonas del país. Las pantuflas son cholas, chanclas o chancletas.
      Pero, como dice Don Ángel Rosenblat: “Venezuela, todos los países hispánicos de América y España hablan una sola y misma lengua, aunque dentro de esa gran unidad, cada país, cada región, cada pueblo, y hasta cada individuo, tiene su propia fisonomía, sus propios matices…”

DIFERENCIAS LÉXICAS ENTRE EL ESPAÑOL DE ESPAÑA Y EL DE VENEZUELA

Expresiones diferentes para un mismo significado. Así a la expresión española:
 “Se armó un jaleo” corresponden en Venezuela:

·       “Se formó un lío”
·       “se formó un zaperoco”
·       “se armó un berrinche”

La expresión española “no tengo un cuarto”
Corresponden a:
“no tengo una puya” (hace referencia a una moneda de menor denominación)
“no tengo un céntimo”

ANDRÉS BELLO Y LA GRAMÁTICA CASTELLANA LATINOAMERICANA

Resumen

Con apoyo en las propias palabras del autor, se da cuenta, por un lado, de las motivaciones, estrategia, teoría gramatical, normativa y preocupación pedagógica presentes en la Gramática Castellana de Andrés Bello, así como de la valoración que tuvo en su época (siglo XIX) y en décadas posteriores hasta llegar al siglo XXI, y, por otro, se evalúa el concepto de normatividad utilizado por Bello a la luz de recientes enfoques lingüísticos sobre el tema, y la validez actual de una gramática normativa para los latinoamericanos.
Decir que Andrés Bello fue un intelectual extraordinario no es decir nada nuevo. Fue por cierto un notable humanista, que desempeñó innumerables funciones a lo largo de sus 84 años, en Venezuela, en Inglaterra y sobre todo en Chile, y lo notable es que todas las desempeñó bien, varias de ellas notablemente bien. Pero no sólo eso: hacia 1850, a los 70 años de edad, Bello desempeñaba al mismo tiempo las funciones de rector de una universidad, de subsecretario de RR.EE., de consultor del gobierno, de senador de la República, de redactor de El Araucano y, además, trabajaba intensamente en la elaboración del Código Civil y en sus obras de derecho, de filología y sus producciones literarias. No cabe duda que Bello asimiló todo lo que en su tiempo se sabía y lo propagó de manera magistral, porque era un estudioso de los clásicos, tenía una inteligencia clarísima y penetrante, lógica inflexible, capacidad analítica y excelente memoria.
Entre todo lo que Bello hizo durante su vida, no cabe duda que el Código Civil y la Gramática Castellana son sus obras más conocidas y que han tenido más trascendencia. Ahora bien, estas obras en particular hay que entenderlas a partir de dos grandes ideas-fuerza que orientaban no solo el pensamiento sino todo el quehacer social de nuestro autor.
Por la educación recibida, Bello -como muchos hombres de su época- no se conformaba con su personal ilustración sino que sentía la necesidad de hacer cultos a los demás. El progreso social, no sólo el cultivo personal, eran su meta. Esta idea, típica del siglo XIX, es por cierto la que lo motivó a fundar una universidad que orientara toda la educación del país, a redactar un código civil que sistematizara las relaciones jurídicas entre las personas, a ser por muchos años redactor de un periódico, a legislar como Senador de la República, a crear una gramática castellana que reorientara el uso lingüístico de los chilenos.
Pero además movía a Bello otro motivo que, desprendido de los motivos generales mencionados, se hacía ahora particular: su patriotismo americanista, su ideal de una patria común latinoamericana, sueño posible en momentos en que las jóvenes repúblicas salían de su dependencia colonial para enfrentarse a la responsabilidad de países independientes. Esta nueva situación exigía por cierto una manera nueva de comportamiento social y de participación en la cultura del mundo, que debían ser regulados no sólo jurídica sino también lingüísticamente. Este parece ser el fundamento último de estas dos obras sobresalientes, cuya normatividad parece tener en Bello una raíz común.

Obra gramatical de Bello

Observando la obra gramatical de Bello -que no se reduce a su Gramática-, pero sobre todo teniendo presente sus ideas, explicitadas aquí y allá, sobre la calidad del lenguaje usado por los chilenos, queda claro que la Gramática que publica en 1847 en nuestro país es sólo la culminación de una preocupación sobre la totalidad de la lengua. Como el uso de la lengua va más allá de la construcción de la frase, y la gramática normativa, como la académica, pretende normar ese uso, hay que entender que la Gramática de Bello se complementa con sus observaciones ortográficas y ortológicas, que prefirió no incorporar en su gramática. En efecto, desde temprano reflexiona nuestro autor sobre la lengua castellana, como prefiere llamarla. Ya de 1810 data su Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana (1884), que fuera publicado sólo en 1841, en Valparaíso, uno de sus más originales y profundos estudios.

A partir de 1823 su preocupación se centra en el aspecto escrito de la lengua, específicamente en el ortográfico: de esa fecha son sus Indicaciones sobre la conveniencia de simplificar i uniformar la ortografía en América (1884: 381-394), seguido por Ortografía castellana de 1827 (1884: 395-400), Ortografía de 1844 (1884: 401-416), Reglas de acentuación de 1845 (1884: 421-424), y Reformas ortográficas de 1849 (1884: 425-432); en 1832 publica un breve artículo sobre Gramática castellana, donde fija su posición respecto de cómo debe ser una gramática de la lengua materna o nativa, y en 1835, un extenso tratado sobre Principios de la Ortolojía i Métrica de la lengua castellana (1884: 3-229), seguido al año siguiente por sus Lecciones de Ortología y Métrica.

Motivaciones de su Gramática

1.    La lengua, un bien político

Dice Bello en su Prólogo: "Juzgo importante la conservación de la lengua de nuestros padres, en su posible pureza, como un modo providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español, derramadas sobre los dos continentes".

Esta clara conciencia de la función socio-política que desempeña una lengua (en rigor, la variedad formal de una lengua, o lo que otros llaman -con menos precisión- lengua común o lengua estándar), lo lleva a condicionar la unidad nacional (política) a la unidad de la lengua. Si bien era un decidido servidor de la emancipación americana, estaba convencido de que lo que daría unidad a las nuevas repúblicas americanas era la cultura y la lengua que tenían en común, y como estas eran las de España, no tenía sentido la separación o ruptura cultural con la península. Por eso temía que el fraccionamiento del castellano en múltiples dialectos y lenguas -que se podría producir luego de la liberación política de los pueblos americanos respecto de España- pudiera oponer "serios estorbos a la difusión de las luces, a la ejecución de las leyes, a la administración del Estado, a la unidad nacional" (1954: 22).

Pero, a diferencia de lo que se pensaba en su época, Bello no veía en esa amenaza un hecho natural inevitable, sino un fenómeno histórico y cultural, sujeto por tanto a una eventual intervención. Y el instrumento de esa intervención era por cierto la gramática.

La unidad de la lengua, que Bello entendía como la participación de América con el mismo derecho de España en la permanente formación de la lengua común, era para nuestro autor un bien político inapreciable, de alcance no sólo nacional sino intercontinental, por lo que la separación política de los países latinoamericanos de España por ningún motivo debía llevar a la ruptura lingüística. Este fue el principal motivo que lo indujo a componer su Gramática, según confiesa explícitamente en el Prólogo a la misma, convencido al mismo tiempo de que elcultivo [del buen uso] de la lengua la uniforma entre todos los pueblos que la hablan, y hace mucho más lentas las alteraciones que produce el tiempo en ésta como en todas las cosas humanas; que, a proporción de la fijeza y uniformidad que adquieren las lenguas, se disminuye una de las trabas más incómodas a que está sujeto el comercio entre los diferentes pueblos… (1884: 457).

2.    Legitimidad de las variedades

La otra idea subyacente en su obra gramatical es su plena conciencia de que el uso del español en América era y es diferente del peninsular en varios aspectos, y de que esa diferencia es legítima. Dice en el Prólogo:

Hay locuciones castizas que en la Península pasan hoy por anticuadas, y que subsisten en Hispanoamérica: ¿Por qué proscribirlas?... Si de raíces castellanas hemos formado vocablos nuevos según los procederes ordinarios de derivación que el castellano reconoce, y de que se ha servido y se sirve continuamente para aumentar su caudal, ¿qué motivos hay para que nos avergoncemos de usarlos? Chile y Venezuela tienen tanto derecho como Aragón y Andalucía para que se toleren sus accidentales divergencias, cuando las patrocina la costumbre uniforme y auténtica de la gente educada. (1954: 23).

Gramática para el uso de los americanos

1. La unidad de la lengua

El que hubiera añadido el subtítulo "destinada al uso de los americanos" a su Gramática no significa -como pudiera pensarse- que se propusiera elaborar una gramática diferente de la académica. El análisis de ella muestra que Bello veía la lengua castellana "como una y común, y su Gramática -aunque en ella se advierta que está destinada al uso de los americanos- es la gramática cabal de la lengua española sin restricciones" dice el eminente crítico español Amado Alonso, en el prólogo a la edición venezolana de la Gramática (1951: XVI). De hecho, ni siquiera en la corrección de los malos usos idiomáticos se atiene Bello a los límites de América, aunque la educación lingüística de los americanos sea su propósito capital.


BIBLIOGRAFÍA:
CASANOVA, DIAZ. CASTELLANO Y LITERATUTA.  (1987) EDITORIAL LARENSE. VENEZUELA.
GRAMÁTICA ESENCIAL DEL ESPAÑOL (2001) . BIBLIOTECA EL NACIONAL. EDITORIAL ESPASA. MADRID-ESPAÑA.
UPEL. (1985) LENGUA ESPAÑOLA I. CARACAS-VENEZUELA3
(1)   SAMBRANO URDANETA, Oscar. Apreciación Literaria. Pág. 149
Claudio Wagner. 2006. «Andrés Bello y la Gramática Castellana latinoamericana». Documentos Lingüísticos y Literarios. www.humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/document.php?id=1217 (Dirección Electrónica)
(DOCUMENTOS RECOPILADO POR LA PROFESORA YOLY GARCÍA. APRENDE ESPAÑOL DE VENEZUELA)